El chozo o guardaviñas es una estructura simple pero muy característica de La Rioja Alta desde el siglo XIX d.C. Estos chozos son construcciones de piedra, sin apenas argamasa, de forma cónica formados por una sólida base sobre la que se levantaba la cúpula paulatinamente por aproximación de hiladas. Su función principal era la de ofrecer refugio a los agricultores que trabajaban en las viñas cercanas, además de servir como almacenes de aperos eventualmente.